El Papa Francisco explica cuál es la verdadera razón de la alegría de la Navidad
VATICANO, 11 Dic. 16 .-
En el rezo del Ángelus del domingo en la plaza de San Pedro, en el
Vaticano, el Papa Francisco invitó a todos los cristianos a estar
alegres por el próximo nacimiento de Jesús, pues nos trae la salvación
de la esclavitud del pecado.
“La salvación, traída por Jesús, llega a todo ser humano y lo regenera
–señaló Francisco–. Dios entró en la historia para la liberación de la
esclavitud del pecado. Colocó su tienda en medio de nosotros para formar
parte de nuestras vidas, sanar nuestras heridas y darnos una vida nueva”.
“La alegría es el fruto de esta intervención de la salvación y del amor de Dios en nuestras vidas”, resaltó.
El Santo Padre señaló que “estamos llamados a participar del sentimiento
de júbilo, de la que se llena la liturgia de hoy por la venida del
Señor como un liberador a nuestras vidas. Es Él quien nos muestra el
camino de la fidelidad, de la paciencia, de la perseverancia, para que,
con su regreso, nuestra alegría sea completa”.
El Santo Padre recordó que estamos en el tercer domingo de Adviento,
“caracterizado por la invitación de san Pablo en su Carta a los
Filipenses: ‘Regocijaos siempre en el Señor. Os lo repito, regocijaos.
El Señor está cerca’”.
El Papa explicó que “no se trata de una alegría superficial o puramente
emotiva, ni tampoco es una alegría mundana como la que da el
consumismo”.
“Se trata de una alegría más auténtica, de la cual estamos llamados a
redescubrir su sabor. Es una alegría que toca lo íntimo de nuestro ser,
mientras esperamos a Aquel que ya ha venido a traer la salvación al
mundo, el Mesías prometido, nacido en Belén de la Virgen María”.
El Obispo de Roma destacó que los signos de la llegada de la Navidad
“son evidentes en nuestras calles y en nuestras casas. Aquí, en la
plaza, tenemos el pesebre y el árbol. Estos signos externos nos invitan a
acoger al Señor, que siempre viene y llama a nuestra puerta. Nos
invitan a reconocer sus pasos en los de nuestros hermanos que pasan
junto a nosotros, sobre todo de los más débiles y necesitados”.
“Hoy se nos invita a regocijarnos en la inminente venida de nuestro
Redentor, y estamos llamados a compartir esta alegría con los demás, dar
consuelo y esperanza a los pobres, a los enfermos, a las personas que
están solas y a la gente infeliz”, finalizó.
El Papa bendice a los “Bambinelli”
Después del rezo del Ángelus, el Papa saludó a los niños y jóvenes
presentes en la Plaza de San Pedro para la tradicional bendición de los
“Niños Jesús” del Pesebre, o “Bambinelli”, organizada por los oratorios
parroquiales y las escuelas católicas romanas.
“Queridos niños, cuando recen delante del Pesebre con sus padres, pidan
al Niño Jesús que les ayude a todos a amar a Dios y al prójimo. Y
acuérdense de rezar por mí como yo me acuerdo de rezar por ustedes”,
pidió.
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