Mons. Elizalde pide un renovado compromiso a los catequistas
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, pronunció un mensaje a los catequistas que participaron este sábado 23 de agosto, en la localidad bonaerense de Ameghino, del Encuentro Catequístico Diocesano (Encadi).
Al dirigirse a los sacerdotes y diáconos, catequistas y ministros, educadores cristianos, el prelado habló de una “celebración” y explicó que esto es así “porque se trata de un encuentro que, ante todo, quiere renovar el compromiso cristiano en este ámbito fundamental de la vida eclesial, que es la introducción en la fe de niños y adultos”.
“Eso solo se puede realizar en un espíritu de profunda comunión con la gracia divina. Y la gracia llega a nosotros por el ministerio de la Iglesia, por los sacramentos, y se vive en la comunión de fe y de adoración, iluminada por la Palabra. A ello unimos la súplica comprometida e insistente a Dios, para que este servicio evangelizador, verdadero ministerio, pueda, siempre, expresar cuanto el Señor ha confiado a sus discípulos y logre integrar en la Iglesia a todos los que Él mismo convoca para formar parte de su pueblo y alcanzar la salvación”, subrayó.
Tras destacar que la familia “resulta ser la primera catequista, ante todo con el clima espiritual que se vive, la práctica de los mandamientos cristianos y la manifestación de su fe en el ámbito interior y en la participación en la sociedad”, señaló que “la catequesis atiende y asiste a las familias de quienes se están formando, para que puedan llevar adelante con mayor conciencia su misión y acompañen y alienten a sus hijos”.
Monseñor Elizalde solicitó a los catequistas llegar a las familias, al recordarles que “la catequesis no se limita a ocuparse del niño y del joven, para la iniciación en los sacramentos, como tampoco la formación religiosa se ciñe a los contenidos impartidos en el aula”.
“La condición de bautizado se expresa en el compromiso por la presencia y la acción. Y ello debe comenzar en el seno del hogar, desde los comienzos de la instrucción en la fe. Por eso mismo, el catequista debe estar capacitado para incorporar a los niños en la vida de la Iglesia, y no solo como recipiendarios pasivos. Son muchos las aspectos para tener en cuenta: la participación y la colaboración en la evangelización, la caridad, el sacrificio que hace posible la limosna, el incorporarse a los puestos donde el testimonio del Evangelio se hace patente y da fruto”, precisó.
Asimismo, enumeró una serie de acciones “más urgentes y significativas”, que todo catequista, todo educador cristiano, deben realizar para trasmitir la fe:
- “Promover una participación en la liturgia que no sea exclusivamente exterior ni ocupada por acciones, muchas veces desprovistas de significado y de toda relación con el misterio que se celebra.
- “Complementar la trasmisión de conocimientos, afirmados en la celebración litúrgica y asumidos para fortalecer la fe profesada, con las acciones apostólicas, misioneras, caritativas, formativas, que se encuentran tan ligadas a la vida cristiana”.
- “Capacitarse para motivar a los niños y jóvenes y a sus familiares, para que se incorporen a estas actividades, atendiendo por supuesto al espíritu que debe animarlas.
- “Promover la presencia y colaboración de los padres en la catequesis misma, ya sea en los mismos encuentros, invitándolos a apoyar con su testimonio la introducción de sus hijos en la fe de la Iglesia, ya sea recurriendo a su ayuda para actividades complementarias, aunque no estén directamente vinculadas a la trasmisión catequística, por ejemplo, oración, caridad, misión, recreación”.
Por último, monseñor Elizalde exhortó a los catequistas a pedirle “a la Santísima Virgen María, y al Patrono de los catequistas, San Pío X, que intercedan ante Dios Nuestro Señor para que la misión evangelizadora confiada a la Iglesia de Jesucristo en nuestra familia diocesana de Nueve de Julio, se consolide con catequistas santos y comprometidos, alcance frutos abundantes para todos, especialmente los niños que nos han sido confiados y sus familias, y a todos ustedes, queridos hermanos catequistas, les retribuya su generosidad y disposición”.+
Texto completo del mensaje
Al dirigirse a los sacerdotes y diáconos, catequistas y ministros, educadores cristianos, el prelado habló de una “celebración” y explicó que esto es así “porque se trata de un encuentro que, ante todo, quiere renovar el compromiso cristiano en este ámbito fundamental de la vida eclesial, que es la introducción en la fe de niños y adultos”.
“Eso solo se puede realizar en un espíritu de profunda comunión con la gracia divina. Y la gracia llega a nosotros por el ministerio de la Iglesia, por los sacramentos, y se vive en la comunión de fe y de adoración, iluminada por la Palabra. A ello unimos la súplica comprometida e insistente a Dios, para que este servicio evangelizador, verdadero ministerio, pueda, siempre, expresar cuanto el Señor ha confiado a sus discípulos y logre integrar en la Iglesia a todos los que Él mismo convoca para formar parte de su pueblo y alcanzar la salvación”, subrayó.
Tras destacar que la familia “resulta ser la primera catequista, ante todo con el clima espiritual que se vive, la práctica de los mandamientos cristianos y la manifestación de su fe en el ámbito interior y en la participación en la sociedad”, señaló que “la catequesis atiende y asiste a las familias de quienes se están formando, para que puedan llevar adelante con mayor conciencia su misión y acompañen y alienten a sus hijos”.
Monseñor Elizalde solicitó a los catequistas llegar a las familias, al recordarles que “la catequesis no se limita a ocuparse del niño y del joven, para la iniciación en los sacramentos, como tampoco la formación religiosa se ciñe a los contenidos impartidos en el aula”.
“La condición de bautizado se expresa en el compromiso por la presencia y la acción. Y ello debe comenzar en el seno del hogar, desde los comienzos de la instrucción en la fe. Por eso mismo, el catequista debe estar capacitado para incorporar a los niños en la vida de la Iglesia, y no solo como recipiendarios pasivos. Son muchos las aspectos para tener en cuenta: la participación y la colaboración en la evangelización, la caridad, el sacrificio que hace posible la limosna, el incorporarse a los puestos donde el testimonio del Evangelio se hace patente y da fruto”, precisó.
Asimismo, enumeró una serie de acciones “más urgentes y significativas”, que todo catequista, todo educador cristiano, deben realizar para trasmitir la fe:
- “Promover una participación en la liturgia que no sea exclusivamente exterior ni ocupada por acciones, muchas veces desprovistas de significado y de toda relación con el misterio que se celebra.
- “Complementar la trasmisión de conocimientos, afirmados en la celebración litúrgica y asumidos para fortalecer la fe profesada, con las acciones apostólicas, misioneras, caritativas, formativas, que se encuentran tan ligadas a la vida cristiana”.
- “Capacitarse para motivar a los niños y jóvenes y a sus familiares, para que se incorporen a estas actividades, atendiendo por supuesto al espíritu que debe animarlas.
- “Promover la presencia y colaboración de los padres en la catequesis misma, ya sea en los mismos encuentros, invitándolos a apoyar con su testimonio la introducción de sus hijos en la fe de la Iglesia, ya sea recurriendo a su ayuda para actividades complementarias, aunque no estén directamente vinculadas a la trasmisión catequística, por ejemplo, oración, caridad, misión, recreación”.
Por último, monseñor Elizalde exhortó a los catequistas a pedirle “a la Santísima Virgen María, y al Patrono de los catequistas, San Pío X, que intercedan ante Dios Nuestro Señor para que la misión evangelizadora confiada a la Iglesia de Jesucristo en nuestra familia diocesana de Nueve de Julio, se consolide con catequistas santos y comprometidos, alcance frutos abundantes para todos, especialmente los niños que nos han sido confiados y sus familias, y a todos ustedes, queridos hermanos catequistas, les retribuya su generosidad y disposición”.+
Texto completo del mensaje
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