Benedicto XVI: “La familia es el patrimonio principal de la humanidad”
El papa Benedicto XVI llegó hoy, viernes 1 de junio, a Milán, para participar de las celebraciones conclusivas del VII Encuentro mundial de las familias, que ha congregado a casi un millón de familias, de 100 países.
A su llegada al aeropuerto, el papa fue recibido por el arzobispo de Milán, cardenal Angelo Scola, por el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, cardenal Ennio Antonelli y por el arzobispo emérito de Milán, cardenal Dionigi Tettamanzi.
A continuación, el papa se trasladó a la plaza del Duomo, la catedral de Milán, donde a las 17.30 (hora local) se encontró con los ciudadanos y agradeció el “caluroso” recibimiento.
En su mensaje, transmitido por 40 cadenas de televisión a todo el mundo, Benedicto XVI manifestó: “Dirijo un afectuoso pensamiento a cuantos tienen necesidad de ayuda y de consuelo, y se encuentran afligidos por varias preocupaciones: a las personas solas o en dificultad, a los desocupados, a los enfermos, a los encarcelados, a cuantos están privados de una casa o de lo indispensable para vivir una vida digna. Que no falte a ninguno de estos nuestros hermanos y hermanas el interés solidario y constante de la colectividad”.
“El VII Encuentro Mundial de las Familias me ofrece la grata ocasión de visitar su ciudad y de renovar los lazos estrechos y constantes que unen la comunidad ambrosiana con la Iglesia de Roma y al sucesor de Pedro”, afirmó.
El Papa llamó a “consentir un estable y auténtico `bienestar´, a partir de la familia, que va redescubierta cual patrimonio principal de la humanidad, coeficiente y signo de una verdadera y estable cultura a favor del hombre”.
El Santo Padre se dirigió a los milaneses como “herederos de un glorioso pasado y de un patrimonio espiritual de inestimable valor” y los instó a “comprometerse para transmitir a las generaciones futuras la llama de una tan luminosa tradición. Ustedes bien saben cuánto sea urgente introducir en el actual contexto cultural la levadura evangélica”.
Como conclusión, Benedicto XVI invitó tanto a los laicos de Milán y a la “Milán de la fe”, a “concurrir al bien común”.
A su llegada al aeropuerto, el papa fue recibido por el arzobispo de Milán, cardenal Angelo Scola, por el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, cardenal Ennio Antonelli y por el arzobispo emérito de Milán, cardenal Dionigi Tettamanzi.
A continuación, el papa se trasladó a la plaza del Duomo, la catedral de Milán, donde a las 17.30 (hora local) se encontró con los ciudadanos y agradeció el “caluroso” recibimiento.
En su mensaje, transmitido por 40 cadenas de televisión a todo el mundo, Benedicto XVI manifestó: “Dirijo un afectuoso pensamiento a cuantos tienen necesidad de ayuda y de consuelo, y se encuentran afligidos por varias preocupaciones: a las personas solas o en dificultad, a los desocupados, a los enfermos, a los encarcelados, a cuantos están privados de una casa o de lo indispensable para vivir una vida digna. Que no falte a ninguno de estos nuestros hermanos y hermanas el interés solidario y constante de la colectividad”.
“El VII Encuentro Mundial de las Familias me ofrece la grata ocasión de visitar su ciudad y de renovar los lazos estrechos y constantes que unen la comunidad ambrosiana con la Iglesia de Roma y al sucesor de Pedro”, afirmó.
El Papa llamó a “consentir un estable y auténtico `bienestar´, a partir de la familia, que va redescubierta cual patrimonio principal de la humanidad, coeficiente y signo de una verdadera y estable cultura a favor del hombre”.
El Santo Padre se dirigió a los milaneses como “herederos de un glorioso pasado y de un patrimonio espiritual de inestimable valor” y los instó a “comprometerse para transmitir a las generaciones futuras la llama de una tan luminosa tradición. Ustedes bien saben cuánto sea urgente introducir en el actual contexto cultural la levadura evangélica”.
Como conclusión, Benedicto XVI invitó tanto a los laicos de Milán y a la “Milán de la fe”, a “concurrir al bien común”.
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