Acompañando la vida hacia un desenlace en paz
El doctor Matías Najún, director del Hospice Buen Samaritano, fue seleccionado entre los ocho finalistas del concurso “Abanderados de la Argentina Solidaria”, el premio anual que reconoce a aquellos argentinos que se destacan por su dedicación y compromiso con los demás, y difunde sus obras para que su ejemplo también inspire al resto de la sociedad.
Najún fundó el Hospice Buen Samaritano (HBS) para brindar un cuidado integral, profesional y compasivo a personas sin recursos atravesando la última etapa de una enfermedad terminal. Su objetivo es acompañarlas y ayudarlas a que puedan vivir ese tiempo especial con dignidad y con su dolor y síntomas aliviados. Al mismo tiempo, el proyecto busca formar profesionales de la salud promoviendo la humanización de la salud, especialmente en el final de la vida.
Desde su creación en 2009, más de 200 personas con enfermedades terminales han sido huéspedes del Hospice Buen Samaritano. La asociación cuenta con más de 130 voluntarios formados para brindar cuidado y contención a personas con enfermedades terminales. Además, a lo largo de sus años de existencia, la institución ha brindado capacitación a más de 160 profesionales entre los que figuran médicos, enfermeras, psicólogos y asistentes sociales.
Su fundador es médico de profesión, comprometido desde ese lugar con la humanización de la salud, con la vida y con la dignidad de la persona. Desde muy joven participó activamente de diferentes acciones solidarias, hasta que encontró en los cuidados paliativos y el cuidado hospice un espacio en el cual poder conjugar sus inquietudes.
Tal como refirió en varias ocasiones el doctor Najún, los 5 años de trabajo del centro “confirman que se puede atravesar el final de cualquier enfermedad grave con el dolor y los síntomas aliviados, pero sobre todo en un ámbito familiar, de contención, con amor, y en paz”.
“Sabemos que no podemos curar, pero vemos día a día profundas sanaciones personales: reconciliaciones, reencuentros, perdones, agradecimientos, conversiones, sueños cumplidos, y la posibilidad de que cada persona vuelva a protagonizar su propia vida ”, agregó el médico de familia, que está casado y tiene cinco hijos
La obra del Hospice. Además de la casa donde se recibe a los “huéspedes”, como llaman a los pacientes, un equipo interdisciplinario lleva su práctica al Hospital Juan Sanguinetti, de Pilar, desde hace 18 meses, y al Hospital Municipal Raúl Larcade, de San Miguel, desde abril de 2014.
Otro de los pilares del HBS es la educación y capacitación en cuidado hospice y humanización de la salud en el final de la vida, desde donde se forma permanentemente a su equipo, a la comunidad y a agentes y profesionales sanitarios de instituciones privadas y públicas. Según describen, se trata de educación “endovenosa”, porque se pone en acto en forma inmediata a través de un modelo educativo que conjuga las clases teóricas con el trabajo asistencial en salas y consultorios.+
Najún fundó el Hospice Buen Samaritano (HBS) para brindar un cuidado integral, profesional y compasivo a personas sin recursos atravesando la última etapa de una enfermedad terminal. Su objetivo es acompañarlas y ayudarlas a que puedan vivir ese tiempo especial con dignidad y con su dolor y síntomas aliviados. Al mismo tiempo, el proyecto busca formar profesionales de la salud promoviendo la humanización de la salud, especialmente en el final de la vida.
Desde su creación en 2009, más de 200 personas con enfermedades terminales han sido huéspedes del Hospice Buen Samaritano. La asociación cuenta con más de 130 voluntarios formados para brindar cuidado y contención a personas con enfermedades terminales. Además, a lo largo de sus años de existencia, la institución ha brindado capacitación a más de 160 profesionales entre los que figuran médicos, enfermeras, psicólogos y asistentes sociales.
Su fundador es médico de profesión, comprometido desde ese lugar con la humanización de la salud, con la vida y con la dignidad de la persona. Desde muy joven participó activamente de diferentes acciones solidarias, hasta que encontró en los cuidados paliativos y el cuidado hospice un espacio en el cual poder conjugar sus inquietudes.
Tal como refirió en varias ocasiones el doctor Najún, los 5 años de trabajo del centro “confirman que se puede atravesar el final de cualquier enfermedad grave con el dolor y los síntomas aliviados, pero sobre todo en un ámbito familiar, de contención, con amor, y en paz”.
“Sabemos que no podemos curar, pero vemos día a día profundas sanaciones personales: reconciliaciones, reencuentros, perdones, agradecimientos, conversiones, sueños cumplidos, y la posibilidad de que cada persona vuelva a protagonizar su propia vida ”, agregó el médico de familia, que está casado y tiene cinco hijos
La obra del Hospice. Además de la casa donde se recibe a los “huéspedes”, como llaman a los pacientes, un equipo interdisciplinario lleva su práctica al Hospital Juan Sanguinetti, de Pilar, desde hace 18 meses, y al Hospital Municipal Raúl Larcade, de San Miguel, desde abril de 2014.
Otro de los pilares del HBS es la educación y capacitación en cuidado hospice y humanización de la salud en el final de la vida, desde donde se forma permanentemente a su equipo, a la comunidad y a agentes y profesionales sanitarios de instituciones privadas y públicas. Según describen, se trata de educación “endovenosa”, porque se pone en acto en forma inmediata a través de un modelo educativo que conjuga las clases teóricas con el trabajo asistencial en salas y consultorios.+
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