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Héctor Zordán fue consagrado como obispo de la diócesis de Gualeguaychú

En una ceremonia religiosa realizada en la Catedral San José, monseñor Héctor Zordán fue consagrado ayer como nuevo obispo de la diócesis de Gualeguaychú.
a Misa comenzó con la solemne procesión de los ministros, sacerdotes y obispos y la celebración estuvo presidida por monseñor Jorge Lozano, quien ofició de obispo consagrante. 
El presbítero Emanuel Escobar, último sacerdote ordenado, solicitó a Lozano que ordene a Zordán al Episcopado; y la canciller de la diócesis, Alejandra Benedetti, leyó la Bula Pontificia de nombramiento de Zordán. 
La Misa siguió con la liturgia de la Palabra y del Evangelio, luego se invocó al Espíritu Santo y monseñor Lozano realizó la alocución al Pueblo de Dios y al candidato. 
Terminada la homilía, interrogó a monseñor Zordán acerca de sus disposiciones para el cumplimiento de su oficio como obispo. 
Y el obispo electo se postró mientras se cantaban las Letanías de los Santos y Beatos. Es oportuno señalar que el coro de la celebración pertenece a la parroquia San José Obrero de Basavilbaso, y está dirigido por Carina Cortéz. 
Luego vino un momento de mucha solemnidad y trascendencia: en silencio, Lozano impuso sus manos sobre la cabeza de Zordán y ese gesto fue replicado por todos los demás obispos co-consagrantes (monseñor Sergio Fenoy, obispo de San Miguel; y monseñor Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico en Argentina) y luego pasaron todos los obispos presentes, entre ellos, Luis Guillermo Eichhorn, quien fue obispo de Gualeguaychú entre el 5 de diciembre de 1996 y el 30 de noviembre de 2004.
La ceremonia continuó con la colocación por parte de dos diáconos del Libro de los Evangelios abierto sobre la cabeza del obispo electo, y se rezó la oración de consagración, parte de la cual pronunciaron los tres obispos consagrantes. A partir de ese momento monseñor Héctor Zordán se consagró obispo de la diócesis de Gualeguaychú y recibió los Evangelios y las insignias de su oficio episcopal: el anillo, la mitra y el báculo pastoral.
Luego Zordán se sentó en el sillón de la sede, desde donde impartirá “su cátedra” como obispo y asumiendo el gobierno pastoral de la diócesis. 
A partir de ese momento, el obispo ya consagrado toma la presidencia de la celebración para continuar la misa como sumo sacerdote de la Iglesia particular de Gualeguaychú. 
Después de la comunión recibió el saludo de representantes de las Iglesias diocesanas: el laico José Alejandro Vernaz de Concepción del Uruguay; la hermana Rufina Ramírez de las “Hijas de la Misericordia de la Tercer Orden Regular de San Francisco” de Basabilbaso y el Pbro. Jorge Leiva en nombre del clero de la diócesis.
El nuevo obispo -acompañado por otros dos obispos- bendijo al pueblo recorriendo la nave central de la Catedral y la misa concluyó con la bendición final.

Homilía de monseñor Lozano:
“Vayan por todo el mundo”
 
“Este pasaje del Evangelio que acabamos de proclamar se está cumpliendo hoy. Jesús vuelve a enviarnos como discípulos misioneros suyos. Como en aquella montaña, Jesús nos congrega y envía para dar testimonio de su muerte y resurrección”, reflexionó Lozano. 
 “Querido hermano Héctor. Hoy los obispos aquí presentes, por la imposición de las manos y la oración te agregaremos al Orden Episcopal. A todos vuelve a decirnos: Vayan… ¿A dónde Señor? A todo el mundo”, enfatizó para agregar: “La misión tiene una destinación universal, a todos los pueblos, culturas… todas las dimensiones de la existencia, todos los lugares… especialmente a las periferias geográficas y antropológicas”, invitó.  
“Los obispos no estamos llamados a desarrollar esta misión en soledad o con unos pocos. Debemos convocar a todos los bautizados a vivir como discípulos misioneros. Tu tarea consistirá en alentar a los sacerdotes a vivir como familia presbiteral, a los diáconos a ser fieles en el servicio, a los seminaristas a formar su corazón de pastor, a consagradas y consagrados a vivir con alegría su entrega a Jesús y los hermanos, a los catequistas para que ayuden a conocer y amar a Jesús, a los misioneros, a los movimientos, a las instituciones, a todos los agentes pastorales, a todas las comunidades educativas, a todos… a todos”, predicó. 
“No somos príncipes, sino pastores con olor a oveja, a pueblo sencillo. Acordate de dónde fuiste llamado, de tu familia, tus amigos, de tu barrio, tu vocación”, reflexionó monseñor Lozano. 
Palabras de bienvenida
Por su parte, José Alejandro Vernaz en representación de los laicos de la diócesis le dio la bienvenida y le expresó “la alegría” de tenerlo en la diócesis.
“Creo que te habrás enterado con cuánta expectativa esta Iglesia de la Diócesis de Gualeguaychú anhelaba tu llegada. Estamos muy agradecidos a Dios porque te llamó. Y muy agradecidos a vos, porque una vez más tu amor por estas ovejas que Él te confía, se ha traducido en un nuevo sí”, destacó Vernaz
“Estos queridos hermanos sacerdotes te necesitaban. También las comunidades de religiosas y consagradas junto a esta comunidad de fieles laicos reclamaban tu presencia. Aunque nos hemos mantenido fortalecidos y esperanzados en la oración, una vez más y por un buen tiempo, hemos estado experimentando un vacío por la carencia de un Pastor. Por todo esto, ¡qué bueno es tenerte entre nosotros!”, reiteró. 
Luego le adelantó que llega a la diócesis, “en un año muy particular: estamos a tan sólo un mes de que esta comunidad diocesana cumpla sus 60 años. La Diócesis de Reconquista, en la que se encuentra tu Calchaquí natal, que te vio nacer hace 60 años, hace poco tiempo también arribó a su 60 aniversario. Reconocemos que Dios nos ha regalado, en este marco festivo, a un Padre que con sus particulares dones, viene a enriquecernos y a acompañarnos a seguir creciendo en nuestra vida de fe”.
El nuevo obispo: “Nos amó
y se entregó por nosotros”
Al concluir la celebración religiosa de ordenación episcopal, monseñor Zordán expresó: “Quiero celebrar con el corazón agradecido a Dios, nuestro Padre, y a Jesús resucitado. ¡Éste es mi magníficat! El Padre, en Jesús, me ha llamado a la vida; me ha educado y me ha hecho crecer como persona hasta llegar a ser lo que soy hoy (…) Y ahora el Padre me llama, por medio de la Iglesia, para identificarme plenamente con Jesús-Sacerdote en el ministerio episcopal, y me une esponsalmente a esta ya querida Iglesia diocesana de Gualeguaychú”. 
También sostuvo que “al iniciar mi ministerio episcopal renuevo mi consagración a Dios, y lo hago desde el carisma misionero sacricordiano en el cual me formé, crecí, viví mi fe cristiana y ejercí mi ministerio sacerdotal; el que ha animado toda mi vida”. 
“Y precisamente inspirándome en ese carisma, elegí como lema episcopal aquella frase de San Pablo a los Efesios: ´Nos amó y se entregó por nosotros´”.
Como deseo y compromiso pastoral, el nuevo obispo valoró el “camino de la asamblea diocesana” que se emprendió cuando Lozano era obispo y enfatizó que quiere sumarse a ese caminar.
“Cuando pregunté a los sacerdotes qué esperaban del nuevo obispo, algunos, hablando como si fuera en nombre de todos, me pidieron que mi caminar sea en medio de la Iglesia; no adelante, porque correría el riesgo de arrastrarla; ni detrás, porque en ese caso el riesgo sería el de arrearla; sino en medio para acompañarla. Y enseguida me acordé de aquella frase de San Juan Crisóstomo: ´Iglesia es sinónimo de sínodo´. 
Sínodo significa ´hacer juntos el camino´, ´caminar juntos´, caminar en sintonía…. Sínodo significa también ´umbral de la casa´: cruzar el umbral, permanecer juntos, reunirse; ser y hacer comunidad”.
 

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