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Cuba: Peregrinación al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre

Desde El Cobre hacia el Santuario Nacional, situado a unos 15 kilómetros de Santiago de Cuba, centenares de fieles realizaron el 10 de mayo una peregrinación con motivo de los cien años de la proclamación de María bajo la advocación de la Virgen de la Caridad del Cobre, como patrona y madre de todos los cubanos.
El arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, y presidente de la Conferencia de Obispos, se dirigió a los fieles, congregados al aire libre bajo un cielo gris que amenazaba lluvia, y les invitó a peregrinar, informó la diócesis de Holguín.
A su paso por el pueblo se iba uniendo más gente y para cuando llegaron al pie de la escalinata del Santuario, la multitud parecía un río humano deseoso de entrar en el templo, que pronto se llenó. Antes de iniciar el rito, se leyó la carta que los Mambises dirigieron al Papa Benedicto XV pidiéndole que declarara a la Virgen de la Caridad Patrona de Cuba
En sus palabras durante la homilía, el obispo de Santa Clara, monseñor Arturo González Amador recordó que celebrar la eucaristía es descubrir la presencia de la madre y de la comunidad de discípulos.
En el Santuario mariano, la misa fue presidida por el arzobispo de Santiago de Cuba y concelebrada por los obispos cubanos, el nuncio apostólico Giorgio Lingua y unos 30 sacerdotes y diáconos, señala la web del Santuario.
La Virgen, dijo Mons. Dionisio, “nos asume como hijos en el Hijo” y como estuvo presente en Pentecostés también lo está en la historia de la nación cubana bajo el título de Nuestra Señora de la Caridad “nuestra querida virgencita, entrañable “Cachita”, -como le llaman cariñosamente los cubanos- imagen que en 1612 “llegó a nuestras tierras por las revoltosas aguas dela Bahía de Nipe para nunca marcharse”.
Señaló que esta devoción “que ha llegado hasta nosotros de generación en generación” supone que “hoy asumamos el serio compromiso y la tremenda responsabilidad de mantener el fuego de esta antorcha encendida con nuestra fe de hoy, con nuestro amor de hoy a Dios y al prójimo con nuestra esperanza y confianza de hoy en la Virgen María de la caridad del Cobre.
Terminó pidiendo una bendición “para estas tierras en cuyas verdes praderas elegiste un altar. No abandones a tu pueblo, líbrale de llanto y afán, Virgen santa y cubana. Que la caridad nos una”, repitió. Al final de la eucaristía se leyó una carta poco conocida, del 21 de agosto de 1916, en que el Papa Benedicto XV se dirige al entonces arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Félix Ambrosio, y a todos los obispos de Cuba,para fomentar la devoción a la Virgen de la Caridad.

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