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Mons. Lozano: las vacaciones, un tiempo oportuno para fortalecer los lazos familiares

El arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, destacó que el receso de verano es "un tiempo oportuno para fortalecer los lazos familiares y hacer algunas cosas para las cuales durante el año nos cuesta encontrar los momentos propicios". 

"Es bueno proponerse aprovechar el tiempo en casos concretos: jugar en familia, visitar amigos o familiares que hace tiempo no vemos, salir a pasear juntos. A nivel personal es bueno disponerse a leer un buen libro que nos enriquezca el alma", sugirió. 

El prelado planteó que, dependiendo del lugar, también puede ser una oportunidad para "contemplar la obra creada por Dios". 

En este sentido, el arzobispo recordó que Benedicto XVI decía que "el mundo es como un libro escrito por Dios para hacernos llegar su mensaje de amor. La belleza de las montañas, los lagos, los ríos, el mar, o una arboleda en el parque nos pueden ayudar a dar gracias a Dios por la creación". 

"Tenemos que evitar caer en la tentación de que cada uno esté en su mundo, sin compartir momentos en comunión. Al tener más tiempo el riesgo está en dejarnos absorber por la televisión y la computadora", advirtió, y agregó: "Hace algunos años una campaña de la Acción Católica se propuso como lema "mejor en familia". Y es así". 

Monseñor Lozano consideró que "es importante fomentar espacios de convivencia en los cuales haya momentos largos para el diálogo, compartir anhelos, proyectos, fracasos... Además es importante abrir el corazón y el tiempo a otros cercanos en el afecto". 

"El pequeño núcleo familiar no debería aislarse de la familia ampliada, donde están los padres, los tíos, los primos, e incluso los vecinos. En esa familia grande puede haber algunos necesitados de ayuda, o al menos de compañía y de gestos de afecto, o puede haber grandes sufrimientos que necesitan un consuelo. El individualismo de estos tiempos a veces lleva a encerrarse en un pequeño nido de seguridad y a sentir a los otros como un peligro molesto. Sin embargo, ese aislamiento no brinda más paz y felicidad, sino que cierra el corazón de la familia y la priva de la amplitud de la existencia", subrayó citanto al papa Francisco. 

"He conocido muchas familias que aprovechan las vacaciones para salir a misionar, realizar alguna tarea solidaria con los más pobres. Una manera hermosa de acercarse a quienes esperan una palabra de aliento. Aprovechar el tiempo en el servicio a los demás es una manera de ganarlo", concluyó. 

Aniversario del terremoto de 1944 
En su columna semanal, monseñor Lozano señaló también que este 15 de enero se conmemora un nuevo aniversario del terremoto de 1944, en San Juan, al señalar que, según relatos de aquel tiempo, "en torno a las 20.50 se produjo la mayor tragedia del pueblo argentino. Un par de minutos interminables. Se consignan 10.000 muertos y muchos miles de heridos, junto con la destrucción casi por completo de la ciudad". 

"Viendo fotos de edificios derrumbados emerge el sentimiento de desolación de tantas familias y de toda una comunidad. Una dolorosa experiencia que queda grabada en la memoria colectiva de los sanjuaninos. Acontecimiento que une también en la esperanza para levantar casas, hogares, familias. Unamos nuestra oración", pidió.

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