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Card. Poli: “El ideal de vivir la Argentina como una gran familia está muy lejos de alcanzarse”

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, destacó que “la nación independiente nació en una casa. En ese ambiente doméstico los diputados de lugares tan distantes se vincularon como hermanos, motivados por la causa suprema que los convocaba”. 

El primado argentino presidió el 9 de julio el tedeum por el bicentenario patrio en la catedral metropolitana, donde relacionó a la Virgen de Itatí con las raíces de la patria, y afirmó que la imagen de la madre siempre acompañó al pueblo argentino. 

En ese marco, leyó la Declaración de la Independencia y una oda “Nadie es la Patria” de José Luis Borges, habló de la importancia de que se haya gestado en una casa de familia, recordó los sacrificios de los congresales y aseveró que no siempre se cumplieron los deseos de unidad de los próceres. No obstante, afirmó que aún hay esperanza y llamó a celebrar la patria. 

“El acta se divulgo rápidamente. Que no nos sorprenda; fue divulgada en castellano, en aimara, quechua, y muy posiblemente – según afirman algunos historiadores- en guaraní”, recordó, y agregó: “Es que los legisladores pensaron en nosotros y pensaron en la patria grande. En ese momento, la mayoría era mestiza e indígena y hablaba estas lenguas mayoritariamente”. 

El purpurado reconoció que “si bien por momentos dominó el disenso en prolongadas sesiones, la comunión hizo que el diálogo razonable superara las diferencias y primó el bien común. Así, con la consigna de conservar la unidad, nos legaron el acta fundante de nuestra argentinidad y, a riesgo de sus propias vidas, llenos de santo ardor por la justicia, ante Dios y un crucifijo, juraron sostener estos derechos hasta con la vida, haberes y fama”. 

“De esta manera, quedó plasmada en un breve texto del que hoy hicimos memoria, la fe profesada y el destino de la patria en el concierto de los pueblos soberanos. Los congresales pensaron en nosotros, no fueron egoístas, hicieron muchos sacrificios por nuestra Argentina y no cabe duda de que somos la razón de la sacrificada y riesgosa entrega de sus vidas, tiempo e intereses que sin titubeo nos ofrecieron”, sostuvo. 

El primado argentino lamentó que “el ideal de vivir la Argentina como una gran familia donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia, todavía está muy lejos de alcanzarse. La independencia y la libertad proclamadas hace dos siglos no siempre se tradujeron entre los argentinos en tiempo de paz y progreso para todos”. 

“Pero la vida que va hacia delante nos dice que hay futuro para la Argentina, siempre lo hay. En términos de nuestra fe católica siempre es posible el futuro, así como guió a los congresales el humanismo cristiano, hoy nos anima a decir esto: ‘Animados por la puerta esperanzadora que nos abre el Jubileo de la Misericordia, queremos volver con gratitud a la fuente de la reserva moral, ética y religiosa, que animó a quienes declararon la Independencia y nos legaron una clara identidad cultural’”, añadió. 

Por último, el cardenal Poli pidió celebrar “con el pueblo sencillo, especialmente el correntino hoy, que va a espejarse ante los ojos de la Madre de Itatí para agradecer por la familia, la salud, el trabajo, y la patria” y exclamó: “Queridos hermanos, ¡viva la patria!”.+ 

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